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El Estilo Imperio
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 La segunda fase del neoclasicismo que denominaron estilo imperio fue basada en diseños inspirados en descubrimientos arqueológicos a finales del siglo XVIII, época en la cual gobernaba el imperio de Napoleón I, cuyos diseñadores eran Charles Percier y Pierre François Leonard Fontaine.
Cada nación interpretaba el estilo neoclásico de diversas maneras. Inglaterra por lo ejemplo lo denomino estilo Regency, en 1780 las residencias reales y las principales casas de campo utilizaron en sus mobiliarios este estilo, gracias al diseñador Henry Holland quien era el arquitecto del príncipe de Gales de aquella época. Más tarde en 1807 Thomas Hope, quien era un coleccionista, experto en artes decorativas y apasionado del arte clásico, dio a conocer su percepción del estilo clásico, en la cual las influencias griegas y egipcias eran trascendentales. Claramente relacionado con la época de auge de Napoleón Bonaparte, el denominado Estilo Imperio fue la principal alternativa estética en los muebles de finales del siglo XVIII y de la primera mitad del siglo XIX. Sus principales características reflejan la fuerza y la solemnidad del gran conquistador francés.
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Estéticamente se lo considera el continuador del Estilo Luis XVI, aunque el Estilo Imperio adopta el gusto por lo clásico, por las formas propias de la Antigüedad Clásica greco-romana, haciendo especial énfasis en el enigmático mundo de la civilización egipcia, territorio de uno de los triunfos más memorables de Napoleón. Para dar mayores detalles, las victorias y epopeyas de las guerras napoleónicas tuvieron su correlato en el diseño y la decoración, y más específicamente en los muebles. Los laureles, esfinges, las flores de
 loto, los cisnes y los dioses egipcios, leones y las águilas empleadas en el mobiliario como motivos estéticos sirvieron para inmortalizar las conquistas del histórico emperador.
En el marco de esa búsqueda, los materiales más utilizados son la madera y el cobre. Una de las materias primas más empleadas en el estilo Imperio es la lámina de caoba, actuando como revestimiento en estructuras de roble.
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Siempre con el objetivo de resaltar el lujo y el poder. Formas cúbicas y pesadas son las más elegidas, y pueden visualizarse en los sillones al estilo “góndola” o en las mesas de tres patas, que recuerdan a la Pompeya del siglo I; este es el caso de los 'gueridons'. Sin dudas, es el escritorio el mueble que marca este estilo. Es la época del 'secretaire á abattant', el mueble más característico de
 esta concepción decorativa que impone con su forma cúbica y pesada.
Las camas se convierten en protagonistas, colocándose de manera paralela a la pared. El cabezal y los pies están a la misma altura en este tipo de lechos, si bien existieron muchas más variantes.
Cada corona de laurel, cada victoria alada, cada águila en los muebles Imperio es un homenaje a los logros del Emperador en el campo de batalla. Este estilo se extiende geográficamente a medida que la conquista napoleónica se expande. Diversas naciones basándose en la idea original de el estilo imperio la cual era la creación de modelos antiguos adecuados a los gustos del siglo XIX
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 El dorado de bronce se llamaba – Ormulu, se realizaba calentando el mercurio hasta 350ºC mezclándolo con oro fundido y después se aplicaba con un pincel duro sobre los objetos a dorar. Se volvía a recalentar provocando la evaporación del mercurio y la adhesión estable de oro. El brillo de la superficie se obtenía frotando la pieza con un bruñidor.
Pierre François L. Fontaine (1762-1853) y Charles Percier (1764-1838).
En honor a la verdad, si hay dos artífices que realmente merecen el título de arquitectos del mal denominado “estilo imperio”, estos son Fontaine y Percier. Estos dos arquitectos y decoradores llegarán a tener muchos puntos en común, así por ejemplo ambos se presentaron al Grand Prix de la Academia, Percier en 1785 obteniendo la distinción y Fontaine en 1786 quedando en un segundo puesto. El caso de Percier fue muy controvertido puesto que obtuvo el premio tras amotinarse los estudiantes cuando supieron que no había ganado porque la Academia temía premiar a tan excelente dibujante.
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No debemos olvidar que también intervinieron en el plano teórico al publicar Palais, maisons, et autres édifices modernes dessinés à Roma (1798) y Choix des plus célèbres maisons de plaisance de Roma et de ses environs (1809) y sus proyectos quedaron plasmados en Recueil des decorations intèrieures (1801) y en Résidences des Souverains de France, d’ Allemagne, de Russie, etc (1833).
Sus primeras actuaciones se movieron en torno a la decoración de interiores, campo en el cual fueron maestros, lo que les valió ser continuamente consultados a la hora de plantear cualquier tipo de realizaciones en este aspecto; convirtiéndose en los preferidos de la elite parisiense.
Una de estas intervenciones consistió en el proyecto de reedificación de la casa de la Malmaison, finca que fue regalada por Napoleón a su mujer Josefina.
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